El 2 de octubre de 1869 nace Mahatma Gandhi, líder del movimiento independentista indio y símbolo universal de la no violencia y la resist...
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El 2 de octubre de 1869 nace Mahatma Gandhi, líder del movimiento independentista indio y símbolo universal de la no violencia y la resistencia civil. |
Por qué celebramos el natalicio de Mahatma Gandhi
El natalicio de Mahatma Gandhi, conmemorado el 2 de octubre, celebra el nacimiento de Mohandas Karamchand Gandhi en 1869 en Porbandar, Guyarat. Esta fecha trasciende el simple recuerdo de un hombre; representa el origen de una doctrina de resistencia no violenta que transformó movimientos políticos y sociales en todo el planeta. Cada año, la India lo celebra como Gandhi Jayanti, festivo nacional, mientras que la ONU lo reconoce como Día Internacional de la No Violencia, subrayando la vigencia de sus principios.
El interés por el natalicio de Gandhi va más allá de su nacimiento: se convierte en un punto de encuentro para reflexionar sobre la justicia social, la reconciliación y la fuerza de la acción pacífica. En escuelas, universidades y centros culturales se organizan debates, representaciones teatrales y ceremonias de silencio para indagar en sus valores de verdad (satya) y no violencia (ahimsa). Estos actos buscan inspirar a nuevas generaciones a enfrentar conflictos con integridad y empatía.
Contexto histórico del natalicio de Gandhi
El 2 de octubre de 1869, la India vivía bajo el dominio del Raj británico. Porbandar, una ciudad costera en la presidencia de Bombay, albergaba a Karamchand Gandhi, funcionario local, y a su esposa Putlibai. Esta familia, acomodada y profundamente arraigada en la fe hinduista, proporcionó a Mohandas una infancia en la que se cultivaron la introspección y el estudio de las escrituras védicas.
Durante las últimas décadas del siglo XIX, la India experimentó un auge de movimientos nacionalistas y reformistas. El Congreso Nacional Indio, fundado en 1885, reunía a intelectuales y líderes que aspiraban a mayores derechos civiles. En este contexto, el patriarcado colonial británico imponía leyes discriminatorias que relegaban a la población local a un segundo plano. Fueron estas injusticias las que, años más tarde, motivaron a Gandhi a abogar por una independencia fundada en la conciencia y la desobediencia civil.
Antes de convertirse en “Mahatma” —gran alma— Gandhi cursó estudios de Derecho en el University College de Londres (1888-1891), donde entró en contacto con corrientes filosóficas europeas y debates sobre derechos humanos. Su estancia en Inglaterra lo confrontó con el choque cultural y las primeras experiencias de discriminación. Al regresar a la India, su determinación por combatir la opresión del Raj británico ya estaba firmemente arraigada.
El legado del natalicio de Gandhi: un análisis profundo
La influencia de Gandhi se mide en múltiples dimensiones: política, social y cultural. Desde la publicación de su obra Satyagraha (1908) hasta las cartas intercambiadas con León Tolstói, su filosofía moldeó estrategias de activismo pacífico. En 1915, a su regreso a la India tras su periodo de activismo en Sudáfrica (1893-1914), Gandhi promovió campañas de boicot a productos británicos y organizó huelgas de hambre como método de protesta ética. Estas tácticas, basadas en la fuerza de la voluntad individual, demostraron su eficacia para movilizar masas sin recurrir a la violencia.
Estudios contemporáneos, como los del Instituto Gandhi de Nueva Delhi (fundado en 1957), analizan el impacto de la desobediencia civil en la descolonización de Asia y África. Documentos estadísticos señalan que entre 1920 y 1947 más de dos millones de indios participaron en marchas y boicots liderados por Gandhi. Estos hechos no solo erosionaron la legitimidad del Raj británico, sino que también inspiraron a líderes como Martin Luther King Jr. y Nelson Mandela, quienes adaptaron sus métodos a los movimientos de derechos civiles en Estados Unidos y la lucha contra el apartheid en Sudáfrica.
La academia ha cuantificado el legado de Gandhi a través de más de 15 000 tesis doctorales en todo el mundo y múltiples congresos internacionales dedicados a la no violencia. Además, instituciones como el Gandhi Smriti en Nueva Delhi preservan su memoria mediante archivos, conferencias y programas educativos. Según datos del Ministerio de Cultura de la India, en 2022 más de 300 000 visitantes participaron en actividades vinculadas a Gandhi Jayanti en el sitio de su residencia.
Satyagraha y ahimsa: principios fundamentales
Satyagraha, término acuñado por Gandhi en 1906, combina satya (verdad) y agraha (empuje, insistencia). Este concepto plantea que la resistencia debe fundarse en la búsqueda de la verdad y el compromiso moral del individuo. A diferencia de la protesta violenta, satyagraha apela a la concienciación del opresor y fomenta el diálogo como herramienta de transformación social.
Ahimsa, el principio de no violencia activa, se erige como eje de la acción gandhiana. Inspirado en las tradiciones brahmánicas y editado con influencias de Tolstói y el jainismo, Gandhi entendió la no violencia no solo como ausencia de agresión, sino como práctica de respeto y empoderamiento de todos los seres. Este enfoque redefine la noción de fuerza: no proviene de las armas, sino de la convicción ética.
Ambos principios convergen en la Marcha de la Sal de 1930, quizás el logro más icónico del movimiento de independencia de la India. Al recorrer casi 400 km hasta la costa de Dandi para recoger sal ilegalmente, Gandhi demostró la potencia de un acto sencillo convertido en símbolo de libertad. El éxito de esta campaña ilustró cómo la combinación de satyagraha y ahimsa podía deslegitimar al poder colonial y generar apoyo internacional.
Cómo se conmemora el natalicio de Gandhi
En la India, Gandhi Jayanti es feriado nacional desde 1950. El actual presidente, el primer ministro y autoridades estatales rinden homenaje depositando flores en Raj Ghat, el memorial erigido en el sitio de su cremación en Nueva Delhi. Se organizan desfiles escolares, concursos de ensayo y talleres de tejido de khadi, la tela que simboliza la autosuficiencia que Gandhi promovió.
A nivel global, la ONU proclamó el 15 de junio de 2007 el Día Internacional de la No Violencia en memoria de Gandhi. Cada año, organizaciones como Amnistía Internacional y el Centro Internacional Gandhi agrupan seminarios virtuales y campañas en redes sociales bajo el hashtag #GandhiDay. Instituciones educativas de más de 60 países incluyen lecturas de sus escritos y proyecciones de documentales para difundir su pensamiento.
En Sudáfrica, donde Gandhi inició su activismo, se celebran foros en Johannesburgo y Durban que analizan la influencia de su periodo entre 1893 y 1914 sobre los movimientos antiapartheid. Allí se realizan ceremonias en la Casa de la Comunidad India —antiguo despacho legal de Gandhi— y se publican investigaciones comparativas sobre derechos civiles.
En España, la Fundación Gandhi Universitat Jaume I de Castellón organiza cada octubre jornadas académicas y recitales de poesía inspirada en la paz. Mientras tanto, en Brasil, escuelas comunitarias de Río de Janeiro dedican una semana a proyectos de servicio social siguiendo la metodología de educación popular que Gandhi adaptó de Paulo Freire.
Conclusión: el natalicio de una inspiración mundial
El natalicio de Mahatma Gandhi no es solo un recuerdo histórico, sino una invitación permanente a repensar los métodos de lucha por la justicia. Desde Porbandar hasta Naciones Unidas, su nacimiento en 1869 desencadenó una corriente de cambio basada en la verdad y la no violencia que aún inspira reformas políticas y sociales. Recordar el 2 de octubre es reafirmar el poder del compromiso individual para transformar realidades colectivas.
Epílogo: legado vivo y llamado a la acción
Cada 2 de octubre, al conmemorar el natalicio de Gandhi, renovamos la responsabilidad de aplicar sus enseñanzas en desafíos contemporáneos: la defensa de los derechos humanos, la protección del medio ambiente y la promoción de la reconciliación en entornos polarizados. Que este aniversario nos motive a convertir la empatía en acción y a considerar la no violencia no como una opción pasiva, sino como la fuerza más poderosa para el cambio duradero.