"Casarapa: Pueblo Orgulloso de su Tradición Parrandera” Guarenas – Venezuela, 24 de junio de 2024. La Parranda de San Juan Bautista e...
"Casarapa: Pueblo Orgulloso de su Tradición Parrandera”
Guarenas – Venezuela, 24 de junio de 2024. La Parranda de San Juan Bautista en Guarenas, Venezuela, es una manifestación cultural que tiene sus orígenes en la Hacienda Casarapa, una de las mayores productoras de caña de azúcar de la región durante los siglos XVIII y XIX. Esta tradición, que ha sido transmitida de generación en generación, es una muestra de la riqueza cultural y la devoción religiosa del pueblo venezolano.
En homenaje a los grandes cultores de esta manifestación, artistas y maestros rescatan la manifestación en las tierras originales del nacimiento del santo, reuniéndose en la antigua hacienda Casarapa para celebrar el cumpleaños de San Juan Bautista.
Orígenes en la Hacienda Casarapa
La Parranda de San Juan Bautista nació aproximadamente entre los siglos XVIII y XIX en la Hacienda Casarapa, ubicada en la ciudad de Guarenas, estado Miranda, Venezuela. En aquella época, la hacienda era una de las productoras de caña de azúcar más grandes de la región, contando con una gran cantidad de esclavos africanos que trabajaban en sus campos.
Fue en este contexto que surgió la tradición de la parranda, cuando los esclavos de la hacienda realizaban la manifestación en la pequeña capilla donde se celebraba el velorio de la Cruz de Mayo. Durante esas celebraciones, los esclavos rendían culto a San Juan Bautista, realizando las primeras veneraciones al santo la noche del 23 de junio hasta el amanecer del siguiente día.
Los instrumentos utilizados originalmente en la parranda eran huacales que servían a los peones como tambores para bailar al santo. Estos tambores eran elaborados a partir de troncos de árboles ahuecados, cubiertos con cuero de animales. El ritmo de los tambores, junto con el canto y el baile de los esclavos, daba vida a la parranda en honor a San Juan Bautista.
Expansión por Guarenas
En 1916, cuando los hermanos Cartaya (José María Cartaya Trujillo y Antonio Cartaya Trujillo) tomaron el control de la Hacienda Casarapa, la tradición de la Parranda de San Juan ya existía. Los nuevos dueños de la hacienda, al igual que sus antecesores, permitieron y fomentaron la celebración de esta manifestación cultural entre los trabajadores.
Fue en 1936 cuando Antonio Cartaya Trujillo trajo la imagen de San Juan Bautista desde Italia y se fundó la capilla donde aún se resguarda el santo. Con la llegada de esta imagen, la parranda comenzó a expandirse por distintas zonas de Guarenas, siendo liderada por cultores como Bernardino Garmendia, Rafael Pereira, Lisandra Arteaga y Pablo Gutiérrez.
Estos cultores, nacidos y criados en la Hacienda Casarapa, aprendieron a bailar, tocar los tambores y cantar en ese lugar, llevando luego la manifestación al centro del pueblo. Poco a poco, la parranda fue ganando adeptos y seguidores en toda la ciudad de Guarenas, convirtiéndose en una tradición arraigada en la identidad cultural de sus habitantes.
Características de la imagen de San Juan Bautista
La imagen de San Juan Bautista que se venera en la Parranda de San Juan de Casarapa es una talla en madera de aproximadamente 1 metro de altura, traída desde Italia en 1936 por Antonio Cartaya Trujillo. Esta imagen es el centro de devoción y el símbolo principal de la fiesta.
La imagen fue traída a petición del señor Encarnación Guzmán, fundador de la parranda de San Juan en la Hacienda Casarapa, junto con Pablo Gutiérrez y otras personas. Actualmente, la imagen se resguarda en la capilla fundada en 1936 en la Hacienda Casarapa, donde aún se venera al santo.
Durante la parranda, la imagen de San Juan Bautista es transportada en un pequeño nicho decorado con flores silvestres como clavellinas y trinitarias. El cargador y bailador del Santo eleva y mece la imagen a manera de baile mientras la parranda recorre las calles cantando.
La imagen de San Juan Bautista es el estandarte sagrado que aglutina la fe, la tradición, la identidad y la esperanza de los habitantes de Guarenas en torno a la centenaria Parranda de San Juan Bautista. Representa la devoción y la fe de los fieles, la continuidad de una tradición ancestral y la unión comunitaria en torno a una manifestación cultural que es reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial por la UNESCO.
Evolución de la festividad
A lo largo de los años, la festividad de la Parranda de San Juan Bautista en la Hacienda Casarapa ha evolucionado de manera significativa, adaptándose a los cambios sociales y culturales de la región.
En sus orígenes, la parranda era una manifestación exclusiva de los esclavos de la hacienda, quienes utilizaban huacales como tambores para bailar y rendir culto al santo durante la noche del 23 de junio hasta el amanecer del 24. Esta celebración se realizaba en la pequeña capilla de la hacienda, donde también se llevaba a cabo el velorio de la Cruz de Mayo.
Con la llegada de la imagen de San Juan Bautista en 1936, la parranda comenzó a expandirse por distintas zonas de Guarenas, siendo liderada por cultores como Bernardino Garmendia, Rafael Pereira, Lisandra Arteaga y Pablo Gutiérrez. Estos cultores, nacidos y criados en la Hacienda Casarapa, aprendieron a bailar, tocar los tambores y cantar en ese lugar, llevando luego la manifestación al centro del pueblo.
La tradición se ha transmitido a través de varias generaciones de habitantes de Guarenas, como Flora Espinoza, manteniendo viva la parranda en el sector El Parque. En 2021, la Parranda de San Juan Bautista fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su valor cultural e histórico.
En la actualidad, se han realizado esfuerzos por difundir y preservar la tradición, como los talleres impartidos por Yaritza Hernández a niños y la adaptación de cantos litúrgicos al ritmo de la parranda. Así, la festividad de San Juan Bautista en Casarapa ha evolucionado de ser una celebración de esclavos en la hacienda a convertirse en una tradición viva y reconocida a nivel internacional, transmitida a través de generaciones en la comunidad de Guarenas.
Importancia de la pulpería en la economía local
La pulpería de la Hacienda Casarapa jugó un papel importante en la economía local de Guarenas durante la época de funcionamiento de la hacienda. Esta pulpería se construyó en la década de 1850, justo al lado de la casa grande de la hacienda, y se convirtió en el único lugar donde los trabajadores podían gastar su salario.
Los peones y trabajadores de la hacienda subían a cobrar su salario en fichas acuñadas por la propia Casarapa, las cuales solo podían ser utilizadas en las instalaciones de la hacienda. De esta manera, la pulpería mantenía una economía cautiva dentro de los límites de la Hacienda Casarapa, ya que los trabajadores dependían completamente de ella para adquirir los productos de primera necesidad.
Al tener el monopolio sobre los bienes de consumo de los trabajadores, la pulpería le permitía a la Hacienda Casarapa retener gran parte de los ingresos salariales, limitando la circulación del dinero en la economía local. Esto afianzaba el control de la hacienda sobre su fuerza laboral, ya que los trabajadores no tenían otra opción para gastar su dinero.
En resumen, la pulpería de la Hacienda Casarapa jugó un papel clave en la economía local, al funcionar como el único espacio donde los trabajadores podían gastar sus salarios, manteniendo así una economía cautiva dentro de los límites de la hacienda y reforzando su control sobre la mano de obra. Esto le permitió a la Casarapa retener gran parte de los ingresos salariales y limitar la circulación del dinero en la región.
Simbolismo de la imagen de San Juan Bautista
La imagen de San Juan Bautista es el centro de devoción y el símbolo principal de la tradicional Parranda de San Juan en Guarenas, Venezuela. Esta imagen tallada en madera, traída desde Italia en 1936, representa diversos aspectos de la fiesta y la cultura local.
En primer lugar, la imagen simboliza la devoción y la fe de los fieles que participan en la parranda. Durante los días de celebración, la imagen es venerada y adorada por los habitantes de Guarenas, quienes le rinden culto y le piden bendiciones.
Además, la imagen de San Juan Bautista representa la continuidad de una tradición que data de los siglos XVIII-XIX, cuando los esclavos de la Hacienda Casarapa realizaban la parranda en honor al santo en la pequeña capilla de la hacienda. La llegada de la imagen en 1936 marcó un hito en la historia de la fiesta, permitiendo su expansión por toda la ciudad.
En torno a la imagen de San Juan Bautista se reúne la comunidad para celebrar, bailar, cantar y compartir durante los días de fiesta. La imagen se convierte en el elemento aglutinador que fortalece los lazos entre los habitantes de Guarenas, reforzando su identidad cultural.
La parranda con su imagen de San Juan es una manifestación cultural que representa la herencia africana y la mezcla con la tradición católica en Venezuela. Por esta razón, la UNESCO la reconoció como Patrimonio Cultural Inmaterial en 2021, destacando su valor como expresión de la diversidad cultural del país.
Cuando la imagen es paseada en procesión por las calles, se lanzan caramelos y granos como símbolos de prosperidad y bienestar para la comunidad. La imagen se convierte así en un estandarte sagrado que representa la esperanza y la abundancia para los habitantes de Guarenas.
En definitiva, la imagen de San Juan Bautista es el símbolo central de la Parranda de San Juan, aglutinando la fe, la tradición, la identidad y la esperanza de los habitantes de Guarenas en torno a esta centenaria manifestación cultural.
Importancia de la Hacienda Casarapa en la evolución de la fiesta
La historia de la Hacienda Casarapa ha tenido una profunda influencia en la evolución de la tradicional Fiesta de San Juan Bautista en Guarenas, Venezuela. Desde sus orígenes como centro productor de caña de azúcar hasta la llegada de la imagen de San Juan Bautista en 1936, la hacienda ha sido fundamental para el surgimiento, expansión y transmisión generacional de esta manifestación cultural.
En sus inicios, la fiesta de San Juan Bautista nació aproximadamente entre los siglos XVIII y XIX en la Hacienda Casarapa, cuando los esclavos de la hacienda realizaban la manifestación en la pequeña capilla, donde rendían culto al santo la noche del 23 de junio hasta el amanecer del 24. Fue en este contexto de la hacienda que se gestaron los primeros pasos de la parranda.
Cuando los hermanos Cartaya tomaron control de la hacienda en 1916, la tradición de la parranda ya existía. Fue entonces cuando Antonio Cartaya Trujillo trajo la imagen de San Juan Bautista desde Italia y se fundó la capilla donde aún se resguarda el santo. Este hecho permitió que la parranda comenzara a expandirse por distintas zonas de Guarenas, siendo liderada por cultores nacidos y criados en la Hacienda Casarapa.
Cultores como Luisa Claro y Pablo Gutiérrez, quienes aprendieron a bailar, tocar los tambores y cantar en la hacienda, llevaron luego la manifestación al centro del pueblo, contribuyendo a su expansión y popularidad. La tradición se ha transmitido a través de varias generaciones de habitantes de Guarenas, manteniendo viva la parranda en diferentes sectores de la ciudad.
En resumen, la Hacienda Casarapa ha sido el epicentro de la Parranda de San Juan Bautista desde sus orígenes, permitiendo su surgimiento, expansión y transmisión generacional. La llegada de la imagen de San Juan en 1936 marcó un hito en la historia de la fiesta, mientras que los cultores nacidos en la hacienda fueron los encargados de llevar la tradición a otros espacios de la ciudad. Sin duda, la historia de la Casarapa está indisolublemente ligada a la evolución de esta manifestación cultural que hoy en día es reconocida como Patrimonio de la Humanidad.
Reconocimiento internacional de la Parranda de San Juan
La Parranda de San Juan Bautista en Guarenas, Venezuela, ha sido reconocida internacionalmente por su valor cultural e histórico. En 2021, la UNESCO incluyó esta manifestación en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, destacando su importancia como expresión de la diversidad cultural del país.
Este reconocimiento es el resultado de un largo proceso de preservación y difusión de la tradición, llevado a cabo por los cultores y la comunidad de Guarenas. A lo largo de los años, se han realizado esfuerzos por mantener viva la parranda, transmitiendo los conocimientos y las técnicas a las nuevas generaciones.
Uno de estos esfuerzos ha sido la realización de talleres impartidos por cultores como Yaritza Hernández a niños y jóvenes de la comunidad. En estos talleres, se enseña a los participantes a tocar los tambores, a bailar y a cantar las letanías y cantos tradicionales de la parranda.
Además, se han realizado adaptaciones de cantos litúrgicos al ritmo de la parranda, con el objetivo de mantener viva la tradición y hacerla más accesible a las nuevas generaciones. Estos esfuerzos han sido fundamentales para que la Parranda de San Juan Bautista siga siendo una manifestación viva y dinámica, capaz de adaptarse a los cambios sociales y culturales sin perder su esencia.
El reconocimiento de la UNESCO ha sido un hito importante en la historia de la parranda, ya que ha puesto en el mapa internacional esta manifestación cultural. Ahora, la Parranda de San Juan Bautista es conocida en todo el mundo como una expresión de la riqueza cultural de Venezuela, y como un ejemplo de cómo la tradición puede ser preservada y transmitida a través de las generaciones.
Este reconocimiento también ha sido un impulso para que la comunidad de Guarenas siga trabajando en la preservación y difusión de la parranda. Ahora más que nunca, los cultores y la comunidad están comprometidos con mantener viva esta tradición, y con compartirla con el mundo.
En definitiva, el reconocimiento de la Parranda de San Juan Bautista como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO es un homenaje a la riqueza cultural de Venezuela, y a la capacidad de su pueblo para preservar y transmitir sus tradiciones a través de los siglos. Es también un llamado a la comunidad internacional para que reconozca y valore la diversidad.